La reforma tributaria anunciada el martes 31 de octubre incluyó algunas sorpresas para sectores del rubro bebidas. Entre las medidas anunciadas se confirmó que se gravará con un impuesto interno al vino, lo que generó un fuerte rechazo por parte de los representantes de sectores vitivinícolas, quienes se mostraron en contra por considerar que este impuesto perjudicará las economías regionales.
El nuevo escenario para el sector se presenta con una mayor presión tributaria: por un lado, por la pérdida de la exención al impuesto interno a los espumantes que se les había concedido en los últimos 8 años y que ahora será del 17%, y por el otro la novedad de un gravamen del 10% para el vino. Apertura dialogó con referentes del sector quienes aseguraron que no hubo consulta previa y explicaron de qué forma impactará este nuevo impuesto.
Impacto negativo en las economías regionales
“Es un impuesto suicida para una economía regional”, expresó con malestar Marcelo Pellereti, quien dirige la bodega mendocina Monteviejo. “El Ministro dice que la industria del vino tiene un PBI pequeño porque representa el 1,5 del PBI del país, pero en Mendoza representa un 30% del PBI. Son 600.000 puestos de trabajo que se ven afectados”, agregó.
“La cerveza se elabora, se embotella, se despacha y se cobra. En el caso del vino, el proceso completo implica plantar el viñedo, a los 3 años producir si es que no surge un inconveniente climático y recién ahí se puede elaborar el vino para embotellarlo, sacarlo al mercado en 6 meses en algunos casos y hasta en 10 años en otros”, explicó Pellereti. “Este impuesto va a tener impacto negativo porque se va a trasladar a precio, el consumo viene cayendo hace algunos años y esto no va a ayudar”, agregó.
Alberto Arizu, gerente Comercial de Luigi Bosca y presidente de Wines of Argentina, coincide en que la noticia llega en uno de los peores momentos de la industria. “El sector no está bien, hubo dos cosechas muy malas, las peores en 100 años, que golpearon mucho”, explicó. “Es un error mirar al vino como el resto de las bebidas alcohólicas. Es un sector económico desconcentrado, el negocio está totalmente atomizado, no hay grandes grupos corporativos. En los principales países productores de vino como Francia, España e Italia no existen impuestos internos sino todo lo contario, se protege la industria porque hace parte de la cultura del país y es mucho lo que mueve alrededor, el enoturismo es una fuente de ingresos enorme”, explicó.
Otro hecho que indignó al sector fue que se justificara gravar el vino por considerarlo entre las bebidas azucaradas y las alcohólicas no saludables. “Quieren aplicar un impuesto al vino aduciendo que el vino es perjudicial para la salud, lo cual nos resulta un agravio. Hay estudios que confirman que el vino es bueno para la salud y son los mismos estudios en los que basó la ley que declaró al vino bebida nacional” explicó, Walter Bressia, de Bodegas Argentinas, cámara vitivinícola nacional.
Bressia estuvo presente en la reunión de emergencia convocada por el ministro de Economía de Mendoza, Martín Kerchner. “Algo positivo para rescatar de esta situación es que el Gobierno de la provincia de Mendoza se puso a disposición del sector, entiende lo que pasa y va a acompañar”, contó Bressia. “El aumento va a ser un golpe mortal a la cadena productiva. Este año ya perdimos 5 litros de consumo, se pasó de 24 a 19 litros per cápita. Con este impuesto los precios se van a incrementar, eso va a dejar al vino muy por encima de las gaseosas, las cerveza, el agua y eso va a hacer desaparecer muchas bodegas. El más afectado va a ser el vino básico, ‘el tetra’, que es el más sensible”, explicó. Sobre los pasos a seguir Bressia adelantó que se van a reunir con las autoridades provinciales y que el pedido será la quita total del impuesto. “Vamos por el cero porque el vino no es un producto industrializado, no tiene por qué ser gravado. El sector vitivinícola va a pelear”, concluyó.
Fuente: Apertura