Vinos.- California es el ícono del vino estadounidense. Tanto así, que el 97% del vino que exporta el país proviene de esas tierras. Al otro lado del continente están Chile y Argentina, que se ubican entre los mayores productores y exportadores de vino del mundo.
Los tres mercados forman parte de los llamados “Vinos del Nuevo Mundo” -al que también pertenecen países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica- en contraste con los productores europeos que históricamente han liderado el ranking mundial del sector vitivinícola: Italia, Francia y España.
Sin embargo, difieren en sus niveles de exportaciones, producción, precios, y en las características del producto que fabrican en sus bodegas.
En términos de volumen, Estados Unidos produjo el año pasado 23,3 millones de hectolitros (la medida que se utiliza en este mercado, donde un hectolitro es equivalente a 100 litros o 133 botellas de tamaño estándar).
Argentina alcanzó una producción de 11,8 millones, mientras que Chile llegó a 9,5 millones.
Ese nivel de producción ubicó a Estados Unidos en el cuarto lugar del mundo, a Argentina en el sexto y a Chile en el noveno.
“California tiene vinos de altísima calidad, capaces de producir vinos de colección“, dijo Federico Casassa, profesor de enología de la Universidad Politécnica de California.
“Pero al mismo tiempo, tiene condiciones para crecer uvas capaces de altos rendimientos”, que aunque no tengan la misma calidad de los vinos de colección, aportan en volumen, agrega.
Esos dos tipos de producto le han permitido llegar a distintos públicos.
El salto de los “Vinos del Nuevo Mundo”
La variedad climática le ha permitido a California fabricar distintos estilos y variedades de vid. Tiene climas secos y continentales en el Valle Central; climas marítimos y frescos en la costa norte y la costa central; además de climas más mediterráneos y calurosos en la costa sur.
“California tiene un clima soleado, con baja humedad y con inviernos suaves”, resaltó Jim Lapsley, investigador de la Universidad de California, Davis.
“Algunas áreas de Chile y Argentina tienen climas similares a los de California, que son cálidos y secos”, agrega.
En el caso de Argentina, especialmente Mendoza (que es la principal zona productora de ese país), se hace viticultura de tipo continental, con un clima, agua y suelos determinados por la presencia de la Cordillera de Los Andes.
La cepa que distingue a su producto en el mercado internacional es el Malbec, que ha ganado prestigio en los últimos años, y se ha transformado en un vino ícono del país.
“Chile no está identificado con una sola variedad de vino”, dice Mario Pablo Silva, presidente de la Asociación de Vinos de Chile, en conversación con BBC Mundo.
“Hay una amplia diversidad de climas y tipos de suelo que hacen que la producción sea única”, agrega.
“En general son vinos con mucha fruta, frescos, con elegancia y complejidad que se pueden guardar en la bodega por largo tiempo”.
Como el país tiene una anchura promedio de apenas 150 kilómetros, puede producir vinos con la influencia del Océano Pacífico por un lado, y de la Cordillera de los Andes, por el otro.
La cepa de vino chileno más conocida es el Cabernet Sauvignon, pero el país produce muchas otra variedades como el Carmenere, Merlot, Sauvignon Blanc y Chardonnay.
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El desafío de exportar
Entre los mayores exportadores de vino a nivel mundial, Chile ocupa el puesto 4 (en volumen y valor), seguido por Estados Unidos (puesto 8 en volumen y 6 en valor) y Argentina en el 11, en los dos aspectos, según el último informe de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
“Las exportaciones son una parte más pequeña en el negocio del vino de Estados Unidos”, comenta Rob McMilan, fundador y vicepresidente ejecutivo de la División de Vinos del Banco Silicon Valley.
“Actualmente se estima que hay más de 12.000 bodegas en Estados Unidos y al menos una que produce vino en cada estado”.
Según McMilan, después de la Segunda Guerra Mundial, Argentina se focalizó en la producción de gran escala y no en la calidad del producto.
Pero en los 90, el país cambió de estrategia y comenzó a mejorar la calidad.
“Desde ese momento Argentina ha ganado fama mundial por su Malbec y están haciendo grandes avances en el desarrollo de otros productos”, señala el experto.
“El mayor problema ha sido la inestabilidad de los gobiernos, lo que ha puesto dificultades al negocio”, agrega.
El principal destino de las exportaciones chilenas es China; de Estados Unidos, la Unión Europea (especialmente Alemania); y de Argentina, el mercado estadounidense.
Y a nivel mundial, Estados Unidos es el principal consumidor de vino del mundo, mientras que China (actualmente en el quinto lugar) está creciendo a pasos agigantados.
Fuente: BBC